Las mujeres durante la menopausia empiezan a experimentan alteraciones como son la aparición de sofocos, sudoración y problemas para dormir debido a los cambios hormonales asociados a esta etapa, como son la reducción de la producción de estrógenos y progesterona.
La disminución hormonal conlleva una disminución del flujo sanguíneo de la zona pélvica y, en consecuencia, originará sequedad vaginal, se disminuye la elasticidad y ello puede provocar molestias e irritación durante los juegos y las relaciones sexuales.